No es adictiva
La marihuana sí genera adicción. Al consumirla se estimula la liberación de dopamina, la hormona del placer, ya que actúa sobre el sistema de gratificación y recompensa cerebral. Se estima que el 9% de los adultos que la consumen se vuelven adictos, porcentaje que se duplica en el caso de los adolescentes.
No causa ningún daño
Fumar marihuana supone inhalar humo, con lo cual también afecta a los pulmones, con el consiguiente riesgo de cáncer. Asimismo, eleva la frecuencia cardíaca, de modo que el corazón late más rápido y el riesgo de sufrir arritmias es mayor. Varias investigaciones han puesto de manifiesto que quienes consumen marihuana tienen 4,8 veces más posibilidades de sufrir un infarto en la primera hora después de haber fumado la droga.
No influye en la inteligencia
El cannabis tiene THC, su ingrediente psicoactivo, una sustancia que altera ciertas funciones del cerebro. El THC se adhiere a las partes adiposas del organismo, como por ejemplo el cerebro, algo especialmente peligroso teniendo en cuenta que en chavales de 14 o 15 años todavía no ha finalizado la maduración de este órgano. El THC produce alteraciones en la concentración y problemas de memoria. Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que el consumo de marihuana puede reducir en 8 puntos el coeficiente intelectual de un adolescente.
No perjudica al rendimiento escolar
El informe Estudes (Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias) revela que la tasa de repetidores es casi el doble entre quienes fuman cannabis (44%) y los que no (27,9%). Respecto a las notas, un 13,5% de los que fumaron marihuana durante el último mes suspenden, frente al 6,3% de quienes no consumen. Además, la tasa de buenas notas es mayor entre quienes no fuman (41%) frente a los que sí lo hacen (26%).
Consumir marihuana durante el embarazo no afecta al bebé
Esta droga incrementa las posibilidades de bajo peso al nacer, así como el riesgo de problemas neuronales en el bebé. Si una mujer fuma ‘maría’ durante el embarazo, altera el sistema endocannabinoide -implicado en el apetito, la sensación de dolor, ánimo y memoria- que se está desarrollando en el cerebro del feto, lo que a la larga podría ocasionar en el niño problemas de atención y aprendizaje.
No es peligroso conducir bajo los efectos de la marihuana
Influye sobre la coordinación motriz y aumenta el tiempo de reacción. Así, una persona que ha consumido cannabis tiene más riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
No puede precipitar una enfermedad mental
El riesgo de sufrir psicosis a lo largo de la vida es cinco veces más elevado entre los consumidores de marihuana. Está demostrado científicamente que cuando se fuma de manera habitual y una persona ya tenía cierta predisposición a sufrir trastornos psiquiátricos como psicosis o depresión, el cannabis ayuda a que estos problemas afloren. Y cuando una persona ya padece alguna enfermedad psicológica, el cannabis agudiza los síntomas.
Es recomendable para reducir la ansiedad y mejorar el ánimo
El 72% de los consumidores de marihuana sufren de ansiedad o depresión. La marihuana empeora los sentimientos generalizados de ansiedad y causa ataques de pánico. Cuando las características ansiolíticas de la droga comienzan a desvanecerse aparece el rebote: la persona se siente más ansiosa que antes de fumar. Por esto su nivel basal de ansiedad sube y sube.
Fumar cannabis resulta menos perjudicial que fumar tabaco
El cannabis contiene muchos de los carcinógenos y mutágenos del tabaco y en mayor cantidad (un 50% más), según el Ministerio de Sanidad. Además, la forma de consumirlo (fumado, sin filtro y con aspiraciones profundas) «aumenta los riesgos de padecer cáncer». Tiene efecto broncodilatador, lo que favorece la absorción de las sustancias tóxicas, y al igual que ocurre con el tabaco, también es perjudicial para los fumadores pasivos.
No es perjudicial si se consume solo los fines de semana
El THC tiene una vida media aproximada de una semana, lo que significa que, siete días después de consumirlo, el organismo no ha conseguido eliminar más que el 50%. «Aunque una persona sólo consuma los fines de semana, no habrá tiempo suficiente para que se elimine completamente y se irá acumulando en su cerebro, produciendo varios de sus efectos».