Desde la primera consumición, hasta llegar desarrollar problemas graves de adicción o incluso neurológicos se han estimado 4 fases: prealcohólica, alcoholismo temprano, fase crucial y una última fase crónica.
1.Fase pre-alcohólica:
Se utiliza el alcohol para aliviar los estados emocionales displacenteros. La cantidad que se consume va aumentando ligeramente. El organismo se acostumbra y se desarrolla tolerancia. No hay problemas de funcionamiento, de momento.
2. Fase prodrómica:
Aparece de forma progresiva y lenta. Aumenta la necesidad de consumo y se altera la conducta de consumo: Mayor graduación, pensar en beber, beber de un trago o más rápido, beber a escondidas, etc…
3. Fase crítica:
Incapaz de interrumpir el consumo una vez iniciado, pérdida de control, cambios de humor. El funcionamiento psicológico, familiar, laboral se ve afectado. Aparece el autoengaño. La persona centra su vida en el alcohol desatendiendo otras áreas. Aparecen los primeros síntomas físicos del consumo.
4. Fase crónica:
Aparece el síndrome de abstinencia que le hace permanecer ebrio casi ininterrumpidamente. Deterioro severo de la vida de la persona, decadencia social. Presenta síntomas orgánicos. Pueden llegar a consumir sustitutos baratos del alcohol. En esta fase puede haber (paradójicamente) una disminución de la tolerancia al alcohol.
Pasamos a continuación a explicar la clasificación propuesta por el Dr. Alonso-Fernández, similar a la de Jellinek:
1. Bebedor excesivo regular:
Bebe mucho pero sin llegar a emborracharse. Carácter extrovertido pero con control de la conducta. Se emborracha por factores sociales (presión o condicionamiento). Y este tipo, sorprendentemente, lo mencionan como característico ¡De la cultura mediterránea!
2. Bebedor alcoholómano (bebedor excesivo irregular):
Consumo intermitente con amplia pérdida de control cuando lo hace. Es el bebedor con factores psicológicos de malestar asociados, bebe para mitigar su malestar. Puede intercalar amplios periodos de abstinencia. ¡Este se asocia más con culturas anglosajonas!
3. Bebedor enfermo psicológico:
Bebe para contrarrestar sus problemas mentales.
4. Bebedor alcoholizado:
Alcohólico de libro. Siempre ebrio. Alteración total de la persona.
También es interesante destacar dos clasificaciones que diferencian entre dos tipos de consumo con diferente gravedad:
CLONINGER: Define dos tipos de consumo alcohólico, el tipo 1 que es un consumo que busca el placer (o evitar el dolor), limitado por el medio, la dependencia es más bien psicológica, se asocia a personalidades pasivo-dependientes y ansiosas. Y el tipo 2 que es un consumo indiferente del entorno, más antisocial y por búsqueda de sensaciones, suele predominar más en hombres, influyen factores hereditarios y predomina la dependencia física con inicio precoz (menores de 25 años).
BABOR: También propone dos tipos de consumo: El tipo A (de inicio tardío, con menor vulnerabilidad y ausencia de problemas psicológicos asociados) y el tipo B de inicio precoz, con progresión rápida, trastornos psicológicos asociados, alta vulnerabilidad genética.