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Dejar la cocaína mejora la enfermedad coronaria derivada de su abuso

Las personas que consumen cocaína con regularidad tienen un alto riesgo de enfermedad coronaria, según señala un estudio realizado por investigadores nortemericanos que, además, demuestra que dejar de consumir o reducir el consumo de cocaína puede revertir el proceso de aterosclerosis coronaria producida por esta droga.

El estudio, publicado en el ‘Journal of Addiction Medicine‘ , publicación oficial de la Sociedad Americana de Medicina de Adicción (ASAM), informa de que la reducción del consumo de cocaína conduce a la regresión de placas coronarias inestables y no calcificadas.

El doctor Shenghan Lai de la Escuela de Medicina Johns Hopkins de Baltimore en EEUU, quien ha dirigido la investigación afirma que en el pasado se han realizado excelentes trabajos para descubrir las consecuencias del uso de drogas, pero sin embargo, pocos estudios habían revelado lo que ocurre después de que el uso de drogas se detenga, y los estudios de este tipo dan a la gente la esperanza de una vida más saludable después de dejar de consumir drogas.

Desde el año 2000, los investigadores han estado estudiando el desarrollo de la aterosclerosis coronaria -endurecimiento de las arterias- en más de 700 pacientes afroamericanos consumidores de cocaína. Estudios previos han demostrado que incluirles en programas de incentivos en efectivo ayuda a los pacientes a dejar de consumir cocaína, o usarla con menos frecuencia. Además, reducir el consumo de cocaína llevó a una disminución de los niveles de endotelina-1 (ET-1), una proteína promotora de la inflamación que desempeña un papel clave en el desarrollo de la enfermedad arterial coronaria.

Los investigadores realizaron este estudio para ver si la caída en ET-1 podría conducir a la reducción de la enfermedad coronaria inducida por cocaína. Así, llevaron acabo un estudio de seguimiento en 15 pacientes dependiente de la cocaína durante un promedio de 20 años y su aterosclerosis, que causaba más del 50 por ciento de bloqueo de las arterias coronarias.

Mediante exploraciones por imágenes (angiografía por TC), los investigadores evaluaron la cantidad y tipos de placas coronarias, antes y después de la reducción del consumo de cocaína. El programa de incentivos ayudó a los participantes a reducir su consumo de cocaína; los niveles de ET-1 y otros marcadores de inflamación disminuyeron también.

La disminución del uso de cocaína fue seguida por la regresión de placas ateroscleróticas en las arterias coronarias. La reducción fue significativa no sólo para las placas coronarias totales, sino también para las placas no calcificadas, que el primer paso en el desarrollo de la aterosclerosis coronaria. Las placas no calcificadas se consideran inestables o “vulnerables”, en comparación con las placas calcificadas que se desarrollan más tarde, y son más propensas a romperse y causar un ataque al corazón o un derrame cerebral.
Asimismo, la enfermedad de la arteria coronaria retrocedió aunque los pacientes no estuvieran tomando estatinas para disminuir el colesterol.

ATEROSCLEROSIS PREMATURA

A largo plazo, el consumo de cocaína se asocia con un alto riesgo de aterosclerosis prematura. “Este estudio preliminar demuestra los efectos potencialmente beneficiosos de la abstinencia o reducción de la cocaína en la inflamación y el fenotipo de la placa coronaria”, señala Lai. Aunque no está claro cómo reducir el consumo de cocaína conduce a la regresión de la enfermedad arterial coronaria, “la inflamación parece ser un vínculo significativo”.

Si los resultados son confirmados por investigaciones adicionales, como un ensayo clínico, “los hallazgos pueden tener importantes implicaciones para la prevención de la enfermedad coronaria inducida por cocaína”, concluyen los investigadores. Dado que muchos de los participantes también eran VIH positivos, el estudio también podría ser relevante para las personas con infección por el VIH, en las que la enfermedad coronaria es frecuente.