Las drogas interfieren en la comunicación neuronal. Generalmente, modifican la cantidad de neurotransmisores o impiden su recepción.
Los efectos tanto en cerebro, como en nuestra mente: nuestro ser más íntimo, serán más que notables.
El efecto más pernicioso de las drogas, sin contar con los efectos físico-químicos que producen, es que alteran la comunicación neuronal y la bioquímica del cerebro. Este daño, en muchos casos es irreversible, pues no es fácil para el cerebro recuperar el equilibro alterado por la droga.
Partes del cerebro afectadas por las drogas
Las drogas, sean del tipo que sean, pueden alterar importantes partes del cerebro, órgano imprescindible para la cognición y para llevar a cabo innumerables funciones vitales. Algunas de las áreas específicas que pueden resultar más dañadas son:
• Los ganglios basales: es una estructura implicada en la motivación, el interés por llevar a cabo actividades, en el placer, actividad sexual y el intercambio social. La droga sobreestimula esta estructura. Por tanto, nada genera tanto interés como la droga y su mundo. Y, si la deja, el sujeto cae en un profundo cuadro amotivacional.
• La amígdala: es otra estructura del sistema límbico. Está implicada en el procesamiento emocional. A medida que el consumo aumenta, afecta más a esta estructura. Por tanto, se desarrollarán cuadros como ansiedad, irritabilidad, inquietud, inestabilidad emocional, etc. En muchas ocasiones, el consumo ya solo tiene sentido para calmar las sensaciones que se dan a este nivel.
• La corteza frontal: Es la parte del cerebro que nos hace humanos y nos distingue de otros animales. Está relacionada con la capacidad de pensar, planificar, resolver problemas, tomar decisiones y controlar nuestros impulsos. La droga afecta directamente a esta estructura provocando desórdenes en la personalidad, en la capacidad de planificar una vida, de resolver problemas, etc.
Las drogas afectan profundamente al órgano más vital para nuestra supervivencia y, por añadidura a lo que nos hace humanos. Por lo tanto, no es un juego ni algo que deba tomarse a broma, pues estos daños pueden ser irreversibles y permanentes.