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El alcohol estimula la agresividad, descubre por qué

Un experimento revela que impide la actividad neuronal en las áreas del cerebro vinculadas al autocrontrol

Investigadores  de la Universidad de Nueva Gales del Sur realizaron un experimento con cincuenta voluntarios. A la mitad de ellos les hicieron beber dos basos de vodka, y al resto les dieron un placebo (les dijeron que se trataba de un cocktail con alcohol, aunque en realidad no lo contenía).
Ingerida la bebida procedieron a monitorizar su actividad cerebral mientras les sometían a una prueba para comprobar como reaccionaban ante una provocación.

Disminución de la actividad cerebral de las áreas de la corteza prefrontal vinculadas con el autocontrol

Tal como era de esperar, las respuestas agresivas se produjeron mayoritariamente en el grupo que bebió vodka, y fueron muy escasas en el resto. Y los autores del estudio pudieron comprobar que en los cerebros de los voluntarios que bebieron alcohol, se producía una disminución de la actividad cerebral de las áreas de la corteza prefrontal vinculadas con el autocontrol. Mientras que en el resto dicha actividad seguía siendo la normal.

Los bebedores de alcohol mostraron una menor actividad en las regiones conocidas como las cortezas prefrontales dorsomedial y dorsolateral, que están relacionadas con la memoria de trabajo y la inhibición.
Según confirman los investigadores «Se piensa que la agresión ocurre porque el alcohol enfoca la atención en señales instigadoras (como las explosiones de ruido) y lejos de señales inhibitorias (normas que proscriben la agresión)».

Efectos amortiguadores del alcohol en la corteza prefrontal

Los investigadores creen que los efectos amortiguadores del alcohol en la corteza prefrontal hacen que los bebederos de alcohol sean más parciales hacia señales hostiles y menos cautelosos con la etiqueta social, lo que resulta en un comportamiento más agresivo . La reducción en la actividad en estas regiones «puede reflejar una menor autoconciencia».. Si bien se necesitan más estudios de MRI con muestras más grandes de participantes ebrios y sobrios, este estudio proporciona a los investigadores una idea más clara de dónde puede provenir la agresión inducida por el alcohol.