La adicción al sexo o sexo compulsivo se refiere a un conjunto de conductas con formato repetido y de carácter compulsivo dirigidas a mantener relaciones sexuales, habitualmente con diferentes parejas, con el fin de satisfacer un intenso y frecuente deseo sexual. Se calcula que un 6% de la población puede sufrir este trastorno.
Pero, ¿te has preguntado alguna vez “cuánta cantidad de sexo” es normal tener al cabo de una semana?
La adicción al sexo y su relación con el deseo
No existe ninguna cifra que pueda responder de forma certera a este interrogante, ya que la frecuencia adecuada de las relaciones sexuales no las marca nadie más que la pareja. Lo que sí está claro es que, cuando el deseo de mantener relaciones sexuales es demasiado frecuente y la búsqueda de satisfacción del mismo ocupa gran parte del día a día, o interfiere de forma significativa trayendo consigo consecuencias negativas, es muy probable que hablemos de adicción al sexo.
El adicto al sexo se define por su comportamiento, el cual es fruto de sus deseos. De forma general, la persona adicta al sexo mantiene una actividad sexual excesiva, habitualmente promiscua e incontrolada. Es un trastorno que tiene diversas causas. Estudios recientes han encontrado algunos trastornos que comparten ciertas características con la adicción al sexo. Estos son el trastorno dismórfico corporal, el juego patológico y las compulsiones sexuales, agrupándose en la categoría de ‘trastornos del espectro obsesivo-compulsivo’.
¿Cuál es el origen de esta problemática?
Los aspectos que tienen en común nos dan pistas acerca del origen de esta patología, según La OMS ( La organización Mundial de la Salud) afectan a un porcentaje considerablemente elevado de la población (5%), presentan una edad temprana de inicio, el curso es crónico y responden adecuadamente al tratamiento con inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS).
En cuanto al género, ambos expertos coinciden en que se trata, sobre todo, de un problema masculino, aunque no exclusivo de los hombres. “Afecta más a hombres que a mujeres, siendo la prevalencia en hombres respecto a mujeres de 5:1”. En la práctica clínica, “entre el 85-90 % de pacientes que demandan atención por este trastorno son hombres”.
Una problemática sin distinción de género
Sin embargo, “la adicción al sexo no es una cuestión de género, puesto quetanto los hombres como las mujeres son susceptibles de ser adictos, lo que parece existir son una serie de factores psicosociales y neuroendocrinos que estarían provocando esta mayor afectación de hombres por el momento”.
Según la Society for the Advancement of Sexual Health (2012), “entre el 3% y el 5% de las personas en la sociedad norteamericana pueden ser consideradas como sexoadictas y según un estudio epidemiológico llevado a cabo en Suecia (Langström y Hanson, 2006), el 12,1% de los hombres y el 6,8% de las mujeres podían calificarse como hipersexuales”.
Al 54% de las personas adictas al sexo “se les detecta antes de los 18 años”,
A nivel ambiental se han encontrado factores implicados en el desarrollo de la adicción al sexo, como es el caso del fracaso social, la existencia de una familia de origen problemática, desestructurada o con abusos infantiles.
Finalmente, hay personas que presentan en su personalidad rasgos proclives a la “búsqueda de sensaciones”, algo que puede facilitar el desarrollo de adicciones –como es el caso de la adicción al sexo o la adicción a la pornografía, cuando esta característica es mal gestionada por parte de la persona que la presenta.
Síntomas del adicto
- Falta de control sobre la conducta sexual inapropiada.
- Incapacidad de evitar o reprimir dicha conducta.
- Cambios severos de humor relacionados con la actividad sexual.
- Aumento gradual del número de relaciones sexuales.
- Inversión de una cantidad de tiempo excesiva para buscar relaciones sexuales.
- Interferencia negativa de esta conducta sexual en las actividades sociales ocupacionales o de ocio, o consecuencias de tipo médico o legal.
Existe una elevada asociación entre la adicción al sexo y las parafilias (por ejemplo voyeurismo), así como la adicción a la pornografía o con otros padecimientos tales como otros trastornos del control de los impulsos (ludopatía, etcétera), el trastorno obsesivo compulsivo, la depresión y trastornos de personalidad.
Los principales síntomas de la adicción al sexo por internet son:
- Uso continuado de internet para acceder a páginas pornográficas o para contactar con otras personas.
- Abandono de otras actividades placenteras.
- Problemas económicos debido a los gastos derivados de la adicción.
- Tensión y malestar si no se está consumiendo cibersexo o pornografía.
- Problemas en el círculo social de apoyo.
- Problemas de pareja y discusiones por el uso de internet para mantener contacto sexual.
¿Cómo tratar la adicción al sexo por internet?
Del mismo modo que cuando se da una adicción con sustancia, es fundamental enfocar el tratamiento bajo la supervisión de un profesional.
La terapia para dejar el cibersexo suele basarse en conocer aquellos factores que precipitan y mantienen al adicto enganchado a este hábito y poder gestionarlos con nuevas herramientas.
Lamentablemente, la adicción al sexo por internet es bastante resistente al tratamiento por lo que es esencial trazar unas líneas de intervención muy claras para evitar recaídas o abandonos en la terapia.
Nuestros expertos en adicciones te ofrecen un tratamiento completo para poder llevar una vida autónoma e independiente del consumo de sexo por internet. De este modo, podrás desarrollar hábitos más adaptativos y disfrutar de la sexualidad sin malestar. Tras el diagnóstico por parte de los especialistas, se procederá al tratamiento en seis fases diferentes: desintoxicación, deshabituación psicológica, normalización, cambio de estilo de vida anterior y búsqueda de nuevas metas alternativas a la adicción; prevención de recaídas.
Ana Ces
Coordinadora de Programas de Fundació Fòrum