Estamos en una de esas excepciones de la regla: con el alcohol, la sabiduría no está en el punto medio, ni en la moderación ni en el equilibrio. El consumo cero es la única estrategia saludable.
Una investigación publicada en la revista European Journal Of Public Health atribuye al consumo leve o moderado de alcohol cerca de 23.000 casos de cáncer diagnosticados en Europa en 2017. Casi la mitad de ellos fueron tumores de mama.
El estudio es preciso con las cantidades y asegura que más de un tercio de los cánceres atribuibles a un consumo leve o moderado de alcohol afectaban a personas que bebían “menos de una bebida estándar por día”.
Otro trabajo de 2021 publicado en The Lancet Oncology constata que el “consumo moderado”, por ejemplo, menos de dos cervezas diarias, causa más de 100.000 cánceres anuales. Incluso un consumo bajo, menos de 10 gramos diarios de alcohol, se relaciona con más de 40.000 tumores.
El Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer (WCRF por sus siglas en inglés) advierte de que “las bebidas alcohólicas de todo tipo tienen un impacto similar sobre el riesgo de cáncer, ya sean cervezas, vinos, licores o cualquier otra fuente de alcohol”.
Además, señala que “no existe un umbral de consumo por debajo del cual no aumente el riesgo, al menos para algunos cánceres”. Un megaestudio que agrupa 1.500 investigaciones compiladas por el Instituto de Salud Carlos III también avala la teoría de consumo cero y alerta contra el mensaje erróneo del consumo “responsable”.